
Arquitectura
Una de las principales características de la Bodega Institucional es su integración en el contexto natural en el que se enclava. A simple vista, los volúmenes de los edificios construidos se adaptan al terreno bordeando el perfil del bosque cercano y respetando el arbolado existente. El área de elaboración, la bodega propiamente dicha, se encuentra semienterrada, aprovechando el desnivel existente y facilitando, además, un seguimiento natural del proceso productivo. Un aspecto que no es casual puesto que incide en la temperatura constante del terreno, el uso de la gravedad y la ventilación natural de la instalación.
Los materiales empleados en la construcción son respetuosos y visualmente amables con el entorno natural, predominando una fachada de piedra arenisca en la zona emergente de la bodega, y vidrio y madera en los interiores. Esta integración paisajística se acentúa por la cubierta vegetal situada en la parte superior de la zona de elaboración, constituyéndose en un jardín que varía de color dependiendo de la época del año.
Es destacable, asimismo, la optimización del consumo energético de la instalación, ya que aprovecha las orientaciones geográficas y la profundidad del terreno para evitar una excesiva climatización. Además, ‘La Grajera’ se ha dotado de un sistema de aprovechamiento geotérmico para climatizar las propias dependencias y algunos de los aspectos del proceso de elaboración del vino. El ahorro energético, el bajo coste de mantenimiento, la seguridad y el menor impacto ambiental, además de la reducción de emisiones de CO2 y la no dependencia de combustibles fósiles, son algunas de las ventajas que aporta este sistema energético.
Vídeo. La Grajera Bodega Institucional