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Entrevistas

"En las próximas ediciones de la Cata del Barrio de la Estación buscaremos mantener la esencia de una cata y entender que no por haber más gente es mejor"

"En enoturismo queda mucho por hacer en La Rioja, estamos empezando, pero es una de las grandes posibilidades que tiene el sector del vino, es un enorme generador de riqueza"

"A través de los turistas se da a conocer la bodega en los lugares de donde provienen, hay que convertirlos en voceros de nuestros proyectos"

"La Cata del Barrio de la Estación une belleza, historia, experiencia enoturística, bodegas antiguas, bodegas más modernas… Todo esto genera un interés increíble"


Recibir un premio así en casa será motivo de orgullo.
Por supuesto, lo dije en el acto de entrega y ahora: es sentirse absolutamente orgulloso. Ha sido un reconocimiento brutal por muchos ámbitos, internacionales incluso, pero estamos contentísimos de que nos den en casa un reconocimiento a una labor bien hecha entre las bodegas, en una actuación especial que seguro que se puede mirar en ella otra gente. Y con más ilusión para el próximo evento que ya se va acercando.

Hablaba de que han recibido diversos reconocimientos nacionales, internacionales como ‘Mejor experiencia enoturística 2016’, locales… ¿Pensaban que se iba a convertir en una auténtica referencia a tan corto plazo?
Nunca pensábamos que esto podía llegar a estos niveles. Siempre hemos tenido mucha ilusión en hacer algo conjuntamente. Todos conocíamos las enormes posibilidades que tiene el Barrio de la Estación; cada uno por nuestra cuenta ya estábamos haciendo una labor maravillosa desde el punto de vista de enoturismo. Y creímos que unirnos todos podía ser algo sinérgico y con un atractivo impresionante, pero no que iba a ser una referencia. De hecho, las cifras de asistencia nos han superado. Y el interés de la gente también.

¿Alguna anécdota o persona que haya mostrado interés por la Cata del Barrio de la Estación?
Hay dos personas que han sido muy importantes en este evento. La primera es Tim Atkin; la idea surge de él en una conversación con Guillermo Aranzábal (Rioja Alta) y por eso fue el primer maquinista del Barrio de la Estación; fue como una semilla que cae en un terreno bien abonado y rápidamente fructificó. La segunda es Pedro Ballesteros (primer ‘Master of wine’ de España) quien ha trabajado de una forma increíble para que esto se lleve a cabo, para que brille. De hecho, el premio de maquinista del Barrio de la Estación (que él recibió) tiene una dotación económica, aparte del reconocimiento, y fue curioso que cuando él tenía que cobrar esa dotación dijo: “Lo que quiero es que este dinero sirva para que los estudiantes de Enología de la UR puedan participar en un gran seminario aprendiendo las técnicas del ensamblaje de vinos que se hacen en el Barrio de la Estación". Y así lo hicimos. Creo que este es un detalle de una generosidad enorme por parte de Pedro Ballesteros.

¿Qué tiene esta cata que la hace tan especial?
¿Por qué tiene éxito? Porque el Barrio de la Estación es único en el mundo, ¿y por qué? Porque es la mayor concentración de bodegas de gran categoría, que al mismo tiempo tienen vinos muy diferentes, unas de otras. Pero todos ellos son vinos capaces de transmitir muchas sensaciones.
Por otra parte estamos en un enclave geográfico maravilloso como es este juego de los meandros del Ebro, el de Zaco y del Tondón. Y por otro lado tiene una historia notable: el Barrio de la Estación es un gran y bello polígono industrial del siglo XIX, en el que tras la aparición de la filoxera en Francia comienzan a surgir proyectos que va a llegar a ser las grandes bodegas que son ahora.
Por eso, si unes la belleza, la historia, la experiencia enoturística, la complementariedad y la sinergia de todas las bogegas haciendo una cosa y la opuesta para ambas maravillosas; bodegas antiguas, bodegas más modernas… Todo esto genera un interés increíble y también es cierto que el sector del vino está de moda y la gente quiere disfrutar aprendiendo y tomando vinos.

Habla de que está de moda el vino, ¿cree que se está explotando suficientemente no solo el Barrio de la Estación sino todo lo que tienen que ver con el enoturismo en Haro y en La Rioja?
Creo que queda mucho por hacer, muchísimo, estamos empezando. El enoturismo, para mí, es una de las grandes posibilidades que tiene el sector del vino, es un enorme generador de puestos de trabajo y de entrada de riqueza. Y, al mismo tiempo, es un arma de divulgación maravillosa porque cada vez que alguien llega a la bodega tiene todo su tiempo para escuchar tu mensaje. En cambio salir fuera cuesta mucho y es difícil captar la atención de la gente. Queda mucho en el desarrollo y también queda mucho en la orientación de cuál es el enoturismo que más interesa. Es difícil hacer un análisis general. No es igual una bodega que se dedica a vinos más de entrada media, que una que se dedica a hacer vinos de alta gama; el público que quiere cada una de las bodegas no es precisamente el mismo.

Entonces al final manda el vino.
Sí, manda el vino y manda la filosofía empresarial de cada uno y hacia dónde va destinado. Por ello creo que el enoturismo de cada empresa, no en Haro sino en el mundo, va orientado hacia su público evidentemente.

¿Ese enoturismo pasa por las experiencias como puede ser de la Cata del Barrio de la Estación?
Pero eso ya lo estamos haciendo en La Rioja. Inicialmente el enoturismo era pasivo, es decir, la gente pasaba por las bodegas, tomaba un vino o compraba una botella y la bodega no hacía mucho más. Ahora el enoturismo es absolutamente interactivo y puedes ver bodegas que ofrecen experiencias de paseos por el viñedo, otros de técnica de cata, otros un paseo en caballo, otros un taller de pintura y así sucesivamente... Está evolucionando de una forma muy rápida y las bodegas se están dotando de personal, esto es muy importante. Una bodega no puede hacer enoturismo con la plantilla de producción o comercial. Tienen que entender, que ya se está entendiendo, que hay que crear un nuevo departamento que es el de Enoturismo con dos líneas de beneficio muy claro: una que es el ingreso directo por venta de entradas y por venta de vino, y otro que es el dar a conocer la bodega en los lugares de donde llega el turista, es decir, utilizar a los turistas como altavoces, convertirlos en voceros de los proyectos.

En cuanto a la Cata del Barrio de la Estación, la tercera edición pasa a junio de 2018, ¿es una petición de las bodegas porque era una época complicada el hacerla en septiembre?
Sí, simplemente era una época muy difícil. Y si hubiera sido este año habría sido imposible porque la vendimia todavía se ha adelantado más. Pero ya veíamos que se iban adelantando las vendimias y que eran fechas que no tenían sentido. Porque no es compatible estar haciendo todo este gran evento y estar entrando tractores con uva a las bodegas, remolques, cajas y movimiento de vendimias. Y la uva viene cuando viene y además ella es la protagonista, no puedes parar tres días por la cata y dejar de vendimiarla. Esta fue la razón única de cambiar la fecha y pensamos en pasarla a junio, que es un mes muy bonito, que también hace buen tiempo, y que no hay labores que no puedan esperar en la bodega.

Y como para esta tercera edición están teniendo más tiempo para prepararla, ¿se está trabajando en alguna novedad?
Todavía estamos manteniendo reuniones, hablando de diferentes temas. Sin duda habrá cambios, esto es evidente. Nos damos cuenta de que la cantidad de gente es exponencial y tenemos que buscar que se sienta cómoda, entonces veremos de qué forma reorganizarla para que los números de visitantes no aumenten excesivamente. También, dentro del éxito absoluto, pues tenemos que evitar que se convierta en un picnic de gente a beber vino en el concepto de beber más que a probar... Son detalles que tenemos que ir puliendo para que la fiesta siga siendo maravillosa, que se disfrute enormemente, esto es lo que queremos.

Así que su reto es no morir de éxito y mantener la esencia de que es una cata, ¿no?
Exactamente, se trata de eso y de entender que no por haber más gente es mejor. Sino tender a un evento más controlado y de más calidad. Ese es nuestro trabajo, tender a la calidad más que a la cantidad; tiene que ser la imagen de las bodegas que hay en el Barrio de la Estación, de eso se trata.