
El Consejo Regulador comprueba que la lucha biológica es efectiva contra las enfermedades del olivar
Tras cinco años de pruebas con diferentes métodos de lucha biológica, la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja considera testada su idoneidad
"Ha quedado demostrado. El control biológico es efectivo y cien por cien sostenible en la gestión de los patógenos que afectan al olivar." Así de contundente es el mensaje que transmite el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja en su último boletín informativo.
Según explican desde el Consejo Regulador, tras cinco años de pruebas con diferentes métodos de lucha biológica, la Atria (Agrupación Integrada de Tratamientos en Agricultura) del olivo ha finalizado testando la idoneidad del uso del biocontrol. La Atria surgió de mano de la Consejería de Agricultura con objeto de favorecer el uso racional de productos y medios sanitarios para combatir organismos nocivos en los cultivos. A lo largo del último lustro, el Consejo Regulador ha experimentado con bacterias de suelo, antocóridos y algas en una red de fincas de la DOP Aceite de La Rioja.
Tres métodos de lucha biológica
Las bacterias de suelo se han utilizado para mejorar las condiciones de los árboles y de la tierra con resultados positivos. Actúan como bioestimuladores que aumentan la actividad microbiana del suelo, estimulando el enraizamiento y favoreciendo
la solubilización y absorción de fósforo y de calcio.
Por primera vez, se han soltado Antocóridos (Anthocoris nemoralis) en el olivar para combatir la polilla del olivo (prays oleae). Los antocóridos son depredadores de psílidos que se han utilizado cuando el prays se encontraba en la generación antófaga para comerse las larvas de la polilla. De esta manera, se ha pretendido evitar la proliferación y su posterior puesta de huevos.
También se ha aplicado extracto de algas (phylgreen). Como supresoras de estrés ambiental a través de osmoprotectores y activadores, las algas han presentado excelentes efectos en situaciones de estrés, favoreciendo el enraizamiento, crecimiento, floración, cuajado y maduración de los frutos en períodos de condiciones ambientales adversas.
La importancia del clima
Para determinar los tratamientos en los olivares tanto en la lucha como en la prevención, el principal factor a tener en cuenta es la climatología de cada año. Las condiciones climáticas condicionan la mayor o menor presencia de plagas y enfermedades. Además, el clima regula el cultivo según las condiciones de suelo, si hay déficit o exceso de humedad, adelantando o retrasando las campañas.
Otros aspectos importantes son la adaptación varietal a cada terreno y el estatus nutritivo del olivo, que también influyen en la respuesta del olivar ante las enfermedades.
Una vez evaluados los distintos factores, deben establecerse los tratamientos. Nunca hay que aplicar productos de manera sistemática, ya que puede suponer un desembolso económico innecesario y contaminación ambiental. La aplicación de tratamientos debe realizarse siempre de acuerdo a las necesidades específicas del olivar en un cada momento, lo cual se determina realizando un seguimiento continuado en la finca.
Aunque la Atria ha finalizado, el Consejo Regulador indica que seguirá controlando las principales plagas y enfermedades del olivar riojano mediante trampeo con feromonas con objeto de poder asesorar en las labores agrícolas para obtener mejores cosechas con el máximo respeto ambiental. "Todavía queda por delante un importante trabajo de formación en el uso racional de productos fitosanitarios", indican.